¿Qué flores no gustan a los caracoles? Plántalas y observa cómo las plagas se trasladan a casa de tu vecino.

Las babosas y los caracoles no son dañinos siempre que no invadan un jardín bien cuidado y lleno de flores. Se alimentan de plantas y pueden devorar un huerto de la noche a la mañana. Puedes intentar ahuyentarlos, pero una solución mucho mejor es asegurarte de que no entren en absoluto en tu propiedad.

Todas las especies de caracoles son dañinas en cierta medida, pero los caracoles desnudos, los que no tienen concha, se consideran los peores. Se reproducen muy rápidamente porque son hermafroditas y todos ponen huevos. Un jardín lleno de verduras es el lugar ideal para que se reproduzcan. Les encanta la remolacha, las judías, los pimientos, la lechuga, los calabacines, la lechuga y la col china. Su dieta se ve favorecida por un clima húmedo y lluvioso y un suelo fértil.

¿Qué flores no gustan a los caracoles? ¿Vale la pena plantarlas en el jardín?
Las babosas no sólo causan daños en los huertos, sino también en invernaderos y túneles de plástico. Si no las quieres en tu huerto, debes tomar precauciones desde el principio de la primavera. Contrariamente a lo que podría pensarse, estas plagas son bastante quisquillosas y no se comen todas las plantas… Hay algunas flores que no tocan en absoluto, y su olor es un elemento disuasorio.

Estos son:

Capuchino,
Escalera en común,
lavanda de hoja estrecha,
Lirio de los valles híbrido,
Phlox metellata,
mirto mirto,
Stonegrass,
pupalka.
Plántelas en el jardín y formarán una barrera natural contra las babosas.

¿Cómo eliminar los caracoles sin concha? Espárzalos por las plantas
A las plagas tampoco les gustan las plantas que nos son útiles en la cocina a diario, como la salvia, la mostaza, la mejorana, la salvia, el ajo, la cebolla y la manzanilla… Los caracoles suelen poner sus huevos en lugares húmedos, directamente sobre la superficie del suelo. Al escardar, afloje la tierra con azadas. De este modo, los huevos saldrán a la superficie. Un método probado consiste en mezclar arena con ceniza, grava o serrín y esparcir la mezcla alrededor de las plantas. Los moluscos no prosperan en sustratos sueltos, por lo que prefieren trasladarse a un lugar donde las condiciones les sean más favorables.