Coltivate le zucchine nel vostro orto? Allora otterrete un raccolto abbondante e gustoso.

Muchos jardineros cultivan su hortaliza favorita, el calabacín, rica en valiosos minerales y vitaminas. ¿Qué puedes hacer para que tus calabacines sean grandes y sabrosos? Basta con aplicar un sencillo truco.

El calabacín es una hortaliza de la familia de las cucurbitáceas. Su composición contiene, entre otras, vitaminas C, B1, K, PP y betacaroteno….

Hay algunas normas de cuidado que se deben seguir cuando se cultiva en un huerto casero. Si no se siguen, la planta producirá una cosecha pequeña e insípida. El acolchado también es importante en este caso.

¿Cómo cultivar calabacines? Los cuidados más importantes
Los calabacines sólo deben sembrarse en el suelo después del 15 de mayo, cuando ya no haya riesgo de heladas. Recuerde que esta planta no es resistente.

La mejor forma de plantar calabacines es sembrarlos en nidos. Esto significa que la planta se siembra en una fila, v 60-80 cm de distancia de la puso 3-4 semillas en cada agujero. Además, se mantiene una profundidad de 4 cm.

Las hortalizas crecen en un hábitat soleado y protegido del viento. La reacción del suelo debe estar entre pH 6 y 7. Es aconsejable utilizar estiércol o compost. También puede utilizarse puré de ortiga, pero no cuando la planta está en crecimiento activo.

Los calabacines se cosechan entre la segunda quincena de junio y la primera de octubre. Hay que hacerlo con regularidad, cada pocos días . De lo contrario, la planta no florecerá.

Un truco sencillo para cosechar calabacines grandes y sabrosos
La regla de cuidado más importante que ayudará a tus calabacines a producir una cosecha abundante es el riego regular . Riegue una vez a la semana, no cada 2-3 días en épocas calurosas y secas. La planta necesita suelo húmedo a una profundidad de 10 cm, así que no riegue a poca profundidad.

Un buen truco para obtener una cosecha de calabacines abundante y sabrosa es utilizar mantillo al plantar. Para ello, cubra la tierra con láminas de plástico negro para retener el agua. De este modo, el contenido de humedad de la tierra en la que crece la planta permanece inalterado.